Hacia la Quinta Dimensión

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha estado fascinada por las promesas de un nuevo amanecer. Un salto cuántico de consciencia, la quinta dimensión, la era mesiánica, la venida de cristo, etc.
Muchas personas esperan que se dé el cambio en el exterior; un mesías, un salvador o el juicio final. Pero no necesitamos esperar un juicio final para vivir en la era de luz. Somos nosotros quienes podemos encender esa chispa divina.

Nada externo sucede si no ocurre en el interior. Los aumentos de los niveles de consciencia no tienen que ver con la cantidad de libros que leamos, las horas que oremos o la cantidad de yoga o meditaciones que realicemos.

La quinta dimensión es una percepción, y muchos ya están viviendo en esa realidad. Si no hay transformación personal, no puede darse el salto cuántico.

Si seguimos actuando en piloto automático, atrayendo las mismas situaciones como bucles repetitivos, no es posible entrar a una nueva espiral.

En este camino se transita por la incomodidad, por el dolor, pero se transciende el sufrimiento cuando nos rendimos y soltamos. Debemos aprender a vivir en gratitud y no en la carencia, puesto que el campo cuántico nos responde de la misma manera.

No esperemos cosas externas para ser felices, lo único que existe es el tiempo presente, el hoy y hay mucho por agradecer. Alinéate con las cosas que te hacen feliz, que te generan plenitud y siente tus deseos como si ya lo hubieras conseguido.

Ser uno mismo es un acto de libertad y de valentía y solo tú puedes saber el valor que viniste a ofrecer al mundo