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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Sentir vs Evadir

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Sin duda el ser humano es sumamente complejo. Hablamos de ser conscientes en la vida, y sin embargo el común de las personas sólo están conscientes el 5%, siendo el subconsciente el que rige la vida con un 95% y más, y esto no lo digo yo, especialistas como Bruce Lipton explican al respecto.

Este subconsciente está programado por los sistemas de creencias que nos inculcaron desde pequeños que fueron creando patrones y paradigmas en nuestras vidas. Estas “programaciones” también las cargamos de nuestros antepasados.

Entonces a los niños varones les dicen “los hombres no lloran”, reprimiéndolos de por vida, por eso comprendo ahora un poco el fanatismo que tienen por el futbol, de algún modo deben canalizar sus emociones reprimidas. Frases como “¡qué inútil!” van calando en el subconsciente. La palabra es tan poderosa y mal usada puede ocasionar severos traumas en las personas.  Por ejemplo a los niños se les suele preguntar ¿qué quieres ser de grande? Y ellos suelen responder policía, bombero, enfermera, etc, y conforme van creciendo van afinando sus gustos. Sin embargo, si los padres lejos de incentivarlos en sus deseos le dicen “eso no porque  te vas a morir de hambre”, todo eso se va registrando en el subconsciente, aflorando cada vez que a la persona se le pasa por la cabeza cumplir su sueño de niño.

Frases como “el dinero se consigue con el sudor de la frente”, programa a las personas para que sufran realmente al conseguir el dinero, siendo el dinero “fácil” antinatural, porque así está la programación. “Todos los hombres son iguales”, claro, para quien crea en ello será su triste realidad y su condena para sus relaciones. Ejemplos son innumerables, muchos comportamientos ante situaciones se “detonan” evocando una memoria celular, y eso es totalmente inconsciente. Ese recuerdo puede traerlo una frase, un olor, un sonido, una mirada, una tomada de mano, una sonrisa, etc., solo se presenta la situación y ¡plaf!, la memoria celular actúa a través del subconsciente.

Es así como funciona lo que llamamos karma, nos podemos creer sumamente conscientes, pero sin embargo, el universo nos presenta personajes que pueden ser de otras vidas, para revivir una situación con el propósito de hacer la “reparación”, que es el aprendizaje, ya que si no se consigue la situación volverá a repetirse. En mi caso particular se en muchos casos cuando se me presenta un personaje kármico en mi vida, se por qué está ahí e incluso hasta lo que debería hacer, pero admito que la programación puede ser sumamente fuerte al punto que actuar puede ir en contra de mis células. Por ejemplo una fobia, casi todos los seres humanos tenemos fobia a las ratas, yo veo una y siento demasiadas cosas. Amo a los animales pero sin embargo mandaría a matar una. Muchos de nosotros morimos en plagas originadas por la peste bubónica, aún no se cómo resolver esto, si saben mi cuentan.

Si hay algo que he aprendido en los últimos tiempos es que debido a las programaciones también evadimos situaciones para “evitar el dolor”, esto no es consciente, se hace simplemente y nos llenamos de capas. El problema es que el dolor está allí para que lo veamos ya que nos está indicando algo que debemos resolver. Y este dolor se adormece con las adicciones, con los analgésicos, con las acciones evasivas, con el autoengaño. Puedo hablar de esto porque lo he vivido. La memoria celular de mi familia tiene la adicción al alcohol, y cuando uno comienza a beber desde muy joven, ya no hay marcha atrás. Se busca ese adormecimiento de “no sé qué”, solo que aparentemente nos hace sentir mejor, y es por ello que quien comienza con una droga “suave” como la marihuana, casi siempre termina en cosas más fuertes como la cocaína, la heroína, ácidos, etc. Y por más que me gane antipatías, la ayahuasca es el mismo camino de la evasión. Se busca obtener un estado alterado de consciencia que no se consigue en la vida misma, pero todo, absolutamente todo, cuando pasa el efecto, se vuelve a la triste realidad, y cada vez más triste, hasta que decidimos hacer un alto.

Las personas que están viviendo más en el mundo material se vuelven adictos al trabajo, todo aquello que los mantenga con la mente distraída, el alcohol de los fines de semana y otras drogas. Las personas del mundo espiritual suelen des-anclarse y también pierden la conexión con la realidad, a pesar de que no hayan tomado ayahuasca. El hecho de querer estar metidos en meditaciones y en experiencias extra- sensoriales de manera exagerada, también es una forma de evadir.  Estoy leyendo un libro que dice algo muy interesante y lo cito “… disminuyendo la sensibilidad se disminuye la vida y que todo cuanto evita el dolor se vuelve en provecho de la muerte”. Por consiguiente, sedar el dolor, es morir de  a pocos.

Qué fuerte señores, pero evoco personas que ya no podían con su dolor como Michael Jackson que murió de una sobredosis de pastillas. Cuando el dolor no es enfrentado, sino sedado, se queda allí generando más dolor como enfermedades tan raras como la fibromialgia. “Enfermedad que se caracteriza por un dolor muscular crónico de origen desconocido, acompañado de sensación de fatiga y otros síntomas”.

¿Qué tiene que ver las programaciones con el dolor? Mucho, porque éstas se han creado muchas veces como un mecanismo de defensa para evadir el dolor. No expresar los sentimientos por miedo al rechazo, o ¡miedo a no sé qué! Solo se activó la programación, la memoria celular, y de esa manera se aceptan situaciones que no queremos, o creamos un personaje y dejamos de ser transparentes, se repudia a la sombra y en casos extremos se manifiesta en asesinatos, transtornos de la personalidad, etc., todo por no ser como realmente somos.

Los científicos solo reconocen el 3% del ADN que es el genoma humano, el 97% restante lo llaman ADN basura, que en realidad es lo que nos conecta con el mundo invisible. Si una persona tiene una enfermedad como la diabetes, puede mejorar la situación con un cambio de hábitos y alimentación, incluso revirtiendo la enfermedad, eso se puede hacer a nivel del genoma humano. Sin embargo, la gran mayoría de enfermedades pueden sanarse por un salto cuántico, es decir, de comprender el verdadero origen de la enfermedad desprogramando el patrón, que pudo originarse de  una emoción reprimida (consecuencia de no querer sentir).

Hay distintos métodos para desprogramarnos, no voy a hablar de ellos en este artículo. Definitivamente hay programas que pueden liberarse con el perdón, con el método hawaiano ho’oponopono, pero claro está que hay situaciones complejas que requieren otro tipo de métodos, otro es Psych K y hay talleres que se están facilitando en distintos países. En Youtube pueden encontrar mayor información.

La oportunidad de desprogramarnos nos la da la vida misma constantemente, es por ello que vamos aprendiendo y desaprendiendo, siendo nuestra verdad fluctuante. En la historia del mundo se creía que la Tierra era el centro del Universo y a sabemos cómo cambiaron las cosas. Tengamos en cuenta que los tiempos pasado-presente-futuro se están sincronizando, es por ello que estamos jalando bastante “karma”. La Kabbalah es una manera de cortar karmas, los cabalistas lo llaman tikun.

Es apremiante cambiar el porcentaje y vivir más desde la consciencia que del subconsciente, ya que eso va a repercutir en nuestras creaciones. Vivir en “piloto automático” hace que nos dejemos llevar por la mente, por la luna y no creemos conscientemente, que es así como se genera la alquimia luna-sol: sueños conscientes.

No nos queda más que enfrentar lo que hemos venido a “reparar”. Eso que más nos cuesta, es justamente lo que hemos venido a reparar. Este tema es fascinante e intento ser simple y clara, pero si no se entiende me dicen por favor. Solo puedo concluir que nos permitamos sentir, porque la vida es solo una y vinimos a este plano a sentir, a sentir, y a sentir. Así que ¡a dejar de evadir!.