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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Reflexiones Cuánticas Parte 2

La Gran Consciencia de Amor Universal sabe lo que hiciste, haces y harás, no se le puede engañar. Podemos engañar a otros, incluso a nosotros mismos, pero jamás al Gran Arquitecto. Una real toma de consciencia no se trata de la cantidad de libros que hayamos leído o lo bien que tengamos integrados los discursos de crecimiento personal o espirituales.

Como los seres humanos somos susceptibles de ser engañados, hemos tenido “maestros” incoherentes, con muy buenas charlas de auto ayuda, directores de importantes ashrams de yoga, de iglesias, de sinagogas, de lamasterios, etc. Y esto era posible porque igual los requeríamos, porque muchos de ellos sin duda tenían grandes enseñanzas pero no eran congruentes con lo que enseñaban. Pero también aprendimos lo que no debemos hacer a consecuencia de las decepciones y caídas de dichos maestros. La Gran Consciencia Universal, Dios, como quieras llamarle, ha permitido eso porque era lo que precisábamos para nuestra propia evolución, de lo contrario no nos hubiera correspondido vivir esas experiencias.

No somos conscientes de las constantes intervenciones divinas que ocurren en nuestras vidas, aquellos que perdieron un vuelo por el tráfico pero resultó que el avión que debían abordar cayó con otras personas, aquel rechazo del trabajo que tanto deseabas te liberó de un problema legal, la pérdida del tren que hizo que una persona conozca al amor de su vida, etc. No hay nada que no haya sido previamente decretado, hasta la picadura de un mosquito. Las influencias angelicales son constantes, para bien y para mal, y se manifiestan como circunstancias como consecuencia de nuestras palabras, pensamientos y acciones.

Pongámonos en el lugar del Gran Arquitecto por un momento, imagina que puedes ver las líneas de tiempo de todos los seres humanos. Sabes que el malvado de un tiempo se convertirá en el gran justo del mañana, que fue lo que sucedió con Lot que fue salvado en Sodoma y Gomorra porque de su descendencia vendría el mesías. Eso me hace entender cómo dentro de mi limitada psique humana juzgo situaciones que puedo catalogar como injustas. Los Secretos del Zohar nos explica cómo en la misma biblia distintos personajes son reencarnaciones de otros. Por ejemplo menciona que Moisés era la reencarnación de Abel y personajes como Yitro, el suegro de Moisés, reencarnación corregida de Caín (porque hubo otros personajes de la misma alma no corregidos). De igual modo el Zohar menciona que Moisés no era una buena persona pero su vida dio un cambio radical a tal punto de tener la misión de rescatar al pueblo de Israel.

Nuestra realidad ocurre como un abrir y cerrar de ojos para la Gran Mente Universal, por lo que nuestra realidad ya ocurrió y todo está hecho, pero esto no quiere decir que no tenemos libre albedrío, ser siempre la mejor versión de nosotros mismos es el verdadero libre albedrío. Algunas religiones están esperando a un mesías que se convierta en el salvador, sin embargo no aparecerá hasta que nosotros hagamos el trabajo que nos corresponde hacer, por lo menos una masa crítica deberá hacerlo.

En este momento mucha gente está confundida, mucha gente tiene depresión con los confinamientos, pero hay que salir de ese bucle ya que la vida quiere que salgamos de la idea de vida que siempre hemos tenido. Normalmente cuando los seres humanos sienten un vacío, intentarán llenarlo con cualquier cosa, ya sea con alguna adicción, comprando cosas o llenar el tiempo con tareas administrativas. Esos vacíos son para salir de lo viejo y crear lo nuevo, pero la gente tiene pánico a los vacíos existenciales, se han acostumbrado a llenarlo con cosas materiales. Algunos millonarios se suicidaron porque por más que buscaron llenar sus vacíos con cosas materiales, no lograron salir de su depresión. Las personas de clase media buscaron hacer lo mismo dentro de sus posibilidades, pero una pérdida de trabajo, la acumulación de deudas lleva a dos salidas: a rendirse o a crear una nueva línea de tiempo totalmente nueva. Es fácil escribirlo y sé que es sumamente difícil conseguirlo, pero es parte de nuestro propósito de vida; bajar el cielo a la tierra, ir a los mundos superiores y traer a nuestro mundo lo que no existe previamente. El Universo está buscando esas mentes que puedan precipitar las ideas a la Tierra siempre y cuando sean personas altruistas, que generen impacto al mundo y que no tengan fines egoístas.

Y aquí regreso al principio de este artículo, al Universo no lo podemos engañar. ¿Por qué personas espirituales que se han preparado años, que han pagado mucho dinero en cursos de coaching, etc., no ven muchos cambios en su vida, o incluso son sorprendidos por una enfermedad? En este grupo también debo incluirme puesto que en mi camino espiritual pasé por espiritualidades de fuga de la realidad, que realmente no me estaban permitiendo mirar mi propia sombra o gestionar adecuadamente mis emociones. A estas alturas de mi vida decidí ser auténtica a costa de caerle mal a muchas personas y estar siempre atenta a las estrategias de mi ego.

En mi afán de obtener respuestas a situaciones que ocurrían en mi vida y alrededor mío, me llené de conceptos, conocimientos, etc., pensando que era “avanzada” espiritualmente, seguramente el Universo se reía de mí, y ese autoengaño es el más común que observo en las personas espirituales. Una toma de consciencia no necesariamente ocurre por leer muchos libros espirituales, ver charlas de grandes conferencistas, pagar mucho dinero en cursos, etc. Una toma de consciencia puede ocurrir cuando vemos una rosa florecer o cuando un colibrí aletea frente a nosotros, o cuando tomamos una decisión realmente sincera, es tan sólo un ¡Ajá! ¡Esto era!, me convertí en otra persona porque algo en mí murió y nació otro ser. La verdadera toma de consciencia sólo lo sabe a ciencia cierta el Universo, porque si siguen apareciendo situaciones que pensábamos superadas, es porque aún falta, por más que lo tengamos claro a nivel metal, falta, de lo contrario el Universo no lo volvería a presentar o debemos pasar una última prueba. Cuando hay una real toma de consciencia es un salto cuántico que permite revelar lo nuevo y se crea una nueva línea de tiempo, cae aquel velo que no nos permitía ver más allá del umbral. Y es allí, sólo allí donde los milagros ocurren.