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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Los Peligros de ser Espiritual

Este artículo ha surgido luego de una serie de intercambios con diferentes personas, entre amigos, colegas, etc., haciendo un análisis de lo que hemos experimentado por “ser espiritual”, aunque espirituales somos todos.

Por ello para efectos de este artículo diré que las personas espirituales son aquellas que deciden emprender una búsqueda más allá de lo físico y material en busca de una transformación personal para obtener mayores niveles de consciencia.

Lo consciente es lo que ya conocemos, es lo visible y manifestamos. Cuanto más conscientes somos, más brillamos. El inconsciente es una caja de pandora porque no sabemos que puede salir de allí, por eso las personas espirituales deben enfrentarse a su propio inconsciente, y no todos terminan en una sola pieza.

Cuando buscamos la espiritualidad para olvidarnos de nuestros problemas materiales, la consciencia cósmica buscará aterrizarnos de forma desagradable porque no podemos evadir lo material o decir que eso no es “espiritual”. El gran problema que tienen muchas personas que buscan la espiritualidad es que sólo aceptan su parte luminosa y niegan su sombra, y eso hace que salga de manera desagradable, eso implica emociones densas, deseos reprimidos, pensamientos tóxicos, etc.

Conozco a muchas personas que detestan que se les hable del espejo, no aceptan esa teoría y eso sigue siendo una evasión de la realidad. Atraemos lo que somos, nos guste o no, y eso ocurre en las relaciones de parejas, amistades, vecinos, etc., basta que un aspecto sea afín para que una persona precise ese aprendizaje. No reneguemos de los ex tóxicos porque ellos nos vinieron a mostrar lo que debemos liberar en nosotros, por lo que también hemos sido tóxicos para otros, el problema es cuando nos ponemos en posición de víctimas y perdemos la oportunidad de ganar mucha luz (y no volver a atraer lo mismo).

La ley del espejo también ocurre entre “maestro-discípulo”, sin duda uno se puede sentir inspirado hacia un maestro para poder atraer luz a nuestras propias vidas, el problema surge cuando cedemos el poder, se da una atracción entre personas con baja autoestima, uno por un lado con el ego distorsionado que busca ser idolatrado y por el otro lado aquel que cede su poder. Estas historias las vemos en todas las religiones y tradiciones y es lamentable.

Emprender el camino espiritual implica enfrentarse a uno mismo en soledad, salir de la zona de confort, ver como personas se alejan porque pierden afinidad, etc., en síntesis no es fácil. Los cabalistas afirman que la luz la debemos ganar con mucho trabajo espiritual, hay que merecer la luz, así que no busquemos espiritualidades evasoras que nos pueden atrasar el proceso.

Debemos aceptarnos con nuestra sombra y con nuestra luz, el ego suele tener estrategias cada vez más sutiles y solemos recurrir al autoengaño (como forma de defensa personal), así que debemos estar muy atentos a nuestras emociones más densas ya que las emociones son energía en movimiento y nos están mostrando donde tenemos la energía estancada, por consiguiente “ser espiritual” no significa tragarnos las emociones porque de lo contrario nos podemos enfermar. Nuestra mente puede aceptar situaciones pero puede ser saboteada por las emociones y el camino de la coherencia interna nos libera de la enfermedad.

Cuando nuestra energía fluye de manera coherente, íntegra, no hay lugar para la enfermedad, pero que el ego no nos juegue malas pasadas ya que hay cosas que están es nuestro inconsciente que como dije es una caja de pandora y nos puede sorprender, por lo que no podemos bajar la guardia. Esto es guerra, la guerra contra todas nuestras oscuridades internas, la guerra no es hacia afuera, lo exterior sólo lo refleja, y todo esa incomodidad es un gran potencial para ganar más luz. A la oscuridad no se le pelea, se la ilumina y se deja de ser afín a ella.

Ser espiritual puede ser muy peligroso porque vamos ganando luz, pero aquellos aspectos que no queremos reconocer se vuelven un peligro para nosotros mismos y para los demás, por ejemplo, si no queremos reconocer nuestras envidias podemos mandar un mal de ojo a los demás y realmente les hacemos daño. A mayor consciencia, mayor responsabilidad, lo mismo sucede con la palabra, los decretos son más poderosos para bien y para mal.

Ser espiritual nos debe llevar a una libertad más allá de conceptos. Perdonar es importante, y si eso no se logra a corto plazo no importa, que tome su tiempo, pero no debemos asumir que ha sucedido cuando no es verdad, puesto que nos hacemos mucho daño a nosotros mismos. Auto observémonos, sincerémonos con nosotros mismos, separemos el ideal de persona que queremos ser con lo que somos en este momento y el camino será lo importante, no nos salteemos procesos. Todos somos especiales y nadie es especial al mismo tiempo, porque nosotros no tenemos células preferidas, D-ios tampoco tiene humanos preferidos, pero sí somos únicos en la diversidad y nuestra distinción debe estar al servicio de la unidad, si no, no tiene sentido. Ser espiritual es revelar la luz para la humanidad, no para nosotros mismos, y el verdadero sentido de la tradición de la kabbalah es recibir para dar, porque no podemos dar lo que no tenemos.