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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Hacia el Androginismo

androginos

Advertencia: esta entrada puede herir susceptibilidades.  `El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda’. Apocalipsis 2:11.

Se me hace un poco complicado escribir esta entrada, hace tres años tuve un encuentro con un ser que puede ser aterrador para muchos, el mismo diablo quizás, al menos así lo dibujan. Yo lo vi y desde ese momento mi vida cambió. ¿Qué hace una persona ordinaria si ve a un ser con cuerpo de hombre y cabeza de cabra?, pues a mi me pasó. Una amiga canalizadora entró en trance y me dijo que era el Baphomet. Si googlean este nombre, wikipedia les dirá: “…Era una deidad adorada en la antigua Babilonia, su nombre apareció por primera vez cuando los templarios fueron enjuiciados por herejes. Durante el proceso muchos de los caballeros de la orden fueron sometidos a tortura, y confesaron numerosos actos heréticos. Entre ellos se incluyó la adoración a un ídolo de este nombre…”

Hace tres años no estaba esta definición de Wikipedia, solo puedo decir que pasé del pánico al amor cuando tuve a este ser frente a mi, sí, yo no lo podía entender al igual que ustedes supongo. Pasó el tiempo y me puse a revisar la biblioteca de mi hermano que tiene libros muy interesantes, el es masón grado 32 y mi vista se fijó en un libro: “Dogma y Ritual de la Alta Magia” de Eliphas Levi. Pues bien, en un principio intenté leerlo y no entendí nada, ahora cada vez es más claro. En este libro mencionan a este ser y su verdadera simbología. Recuerdo haber muerto en la hoguera como caballero templario por adorar a este ser. No puedo dar fe si los templarios lo adoraban, pero lo que sí puedo asegurar es que es un arquetipo camuflado para los no iniciados, y claro si ves esta imagen lo primero que se te viene a la mente es; “este es el demonio”, no sin antes haber sentido pavor.

Ahora quiero que observan las dos imágenes que he colocado, una es del Baphomet de Eliphas Levi, y la otra es el arcano “El Mundo” del mazo de tarot Rider (con el que más resueno). ¿Qué tienen en común? De eso se trata esta entrada.

Comencemos por el Baphomet. A pesar de su temida imagen podemos ver que se trata de un hermafrodita, de un ser andrógino, si bien se ve masculino, tiene “tetas”. Ahora me tengo que remontar a las 7 leyes de Hermes Trismegisto, el tres veces grande, quien dejó como legado el libro “El Kybalión”. De acuerdo a algunos kabbalistas fue maestro de Moisés cuando estuvo en Egipto, pero ese no es el punto. Mencionaré las leyes rápidamente y lo copio tal cual está en Wikipedia para ahorrarme trabajo.

  1. El Todo es mente; el universo es mental.
  2. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: el Físico, el Mental y el Espiritual.
  3. Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
  4. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
  5. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
  6. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
  7. Género. El género existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.

El Baphomet está mostrándonos estas 7 leyes, el hermafroditismo responde a la Ley de Género, todo tiene su masculino y su femenino. La ley de la correspondencia la podemos ver en la posición de sus manos, apuntando la Tierra y el Cielo, con un mudra muy especial, de magos. Sus cuernos representan la conexión con el cielo y tiene como una antorcha que simboliza el poder mental (ley del mentalismo), la antorcha representa la sabiduría. En su frente tiene el pentagrama, símbolo de magos cuya punta está hacia arriba, cada punta representa los cuatro elementos de la Tierra comandados por el cielo. Otros colocan el pentagrama hacia abajo, símbolo demoníaco que no incluye al espíritu, pero este no es el caso.

Las lunas blanca y negra representan el principio de polaridad, todo tiene su contraparte, que es el mundo dual donde vivimos. Además tiene el caduceo de Hermes, la kundalini despierta con sus dos serpientes. El Baphomet representa al hombre iniciado e integrado, de una manera muy fea, claro está.

Ahora quiero referirme al Jardín del Edén, recordemos que la Biblia no hay que leerla de manera literal. Muchos interpretan que Eva salió de la costilla de Adán, pues el Adán antes de la caída era un ser andrógino que fue separado en dos partes: la femenina y la masculina. Al final de todo, cuando volvamos al Árbol de la Vida, volveremos al androginismo, pero primero debemos comenzar con nosotros mismos. Mientras tanto seguiremos buscando fuera, buscamos “completarnos” desde afuera, pero esto tan solo llega a nosotros como una poderosa gravedad que atraemos de acuerdo a nuestra información y programaciones, llámense “patrones”. Por ejemplo si nosotros carecemos de poder interior atraeremos personas que lo tengan para que aflore nuestro propio poder interior a costa de mucho dolor claro está, pero al final todo responde a una hermosa bendición que busca nuestra integración, integridad.

Es por ello que los acontecimientos externos deben inmediatamente analizarse desde nuestro interior “¿Por qué mi alma elige esta situación?” sin duda porque busca evolucionar hacia esa integridad final.

Ahora veamos la carta número 21 del tarot “El Mundo”. Significa la consagración, la gran obra. Si observamos en este caso si tiene “tetas”, pero tiene piernas masculinas. Está desnudo tal como volveremos al Jardín del Edén, ya no necesitaremos taparnos con hojitas, como representan a Adán y Eva cuando “descubren” que están desnudos, y es que en realidad nos tapamos con muchas cosas que no permiten mostrar nuestra verdadera esencia. Este ser está rodeado de guirnaldas, festejando su gran obra. Está rodeado del Tetramorfos, que es mencionado en el libro de Ezequiel y en el Apocalipsis de Juan. Estos cuatro “animales”, retornan al trono del señor para adorarlo. Representan a los cuatro elementos: El Toro o Buey representa al elemento Tierra y al signo de Tauro, el León representa al elemento fuego y al signo de Leo, el águila representa el elemento agua y al signo de Escorpio, ya que primero se arrastra y picotea como el escorpión y luego vuela como el águila cuando ha trascendido sus pasiones, el hombre representa al elemento viento y al signo de Acuario. Todos los seres humanos pasamos por todos los signos del zodiaco como experiencia de vida antes de retornar a la fuente. Los seres humanos debemos tener los pies en la Tierra como el Toro, brillar como el León, volar como el águila y ser seres pensantes y altruistas como el hombre del signo Acuario (algunas veces mujer).

En otras entradas he hablado de la importancia de hacer la alquimia interna, de integrar nuestro sagrado masculino con el femenino, ese es el camino hacia el androginismo y es un trabajo personal, nada ni nadie puede hacerlo por nosotros y llega por añadidura, pero primero debemos atrevernos a ver nuestra propia oscuridad, ya que toda esta luz está sacando las cochinaditas de nuestro interior, y no es nada fácil. Así es.

Ezequiel 1:10

“Y la forma de sus caras era como la cara de un hombre; los cuatro tenían cara de león a la derecha y cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenían cara de águila;”

Apocalipsis 4:7

“El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando”.

Apocalipsis 4:8

Cada uno de estos seres vivientes tenía seis alas, y ojos por todos lados, y no dejaban de cantar de día y de noche: «¡Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, que siempre ha vivido, que vive, y pronto vendrá!»

(Kodoish, kodoish, kodoish adonai tsebayoth)