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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Corazón Sentimiento y Corazón Cerebro

fenixEste título puede ser confuso, porque si lidiar con una mente separada del corazón es sumamente caótico, aún no termina la cosa., y es que cuando se reconoce los dictados del corazón nos toca separar el sentimiento que sigue siendo humano por algo más grande, que es el amor más allá de  los límites de lo humano, que puede significar alejarse de un ser amado.

Si, si sí, no es fácil de entender, yo lo experimento y aún así es difícil de explicar. Primero quiero referirme a las madres. Yo no soy madre pero puedo imaginarme el amor que puede sentir una madre hacia un hijo, que muchas veces puede transitar por un camino de dolor, de oscuridad absoluta, y sin embargo una madre no deja de amarlo y dejará que su hijo transite por lo que deba transitar a pesar de su dolor.

En el aspecto de las relaciones, hay dos formas de relacionarse, a través de una atracción sexual y la que trasciende al corazón. Cuando realmente se llega a ese nivel es un amor muy parecido al de un amor madre-hijo, se mueve a un nivel pectoral. Uno puede pensar que este nivel es lo perfecto, pero no es así. Este “nivel” de amor aún condiciona, aún busca el control y tiene expectativas. El nivel que si es transcendental es tan desapegado que puede dejar ir cuando no es el momento.

Mucho se habla de las almas gemelas, que se re-unen para caminar en una misión conjunta a un nivel de armonía en todos los niveles. Esto no siempre es así cuando una o ambas partes aún tienen aspectos que sanar y no puede darse el encuentro a nivel físico. Esto debido a patrones muy pero muy arraigados que no permiten la fusión alquímica donde en un principio se da un encuentro de sanación.

Reconocer a tu alma gemela puede ser algo sumamente frustrante cuando sabes que no es el momento porque queda camino que recorrer por ambas partes. Cuando tu parte egoica entra en acción lo que se siente es frustración y surgen todo tipo de emociones porque el ego siempre quiere tener el control. Cuando uno mira en perspectiva, cual águila, comprende, y no lo digo de la boca para afuera. Inclusive puedes ver que quizás aún son necesarias almas afines para terminar de cumplir un ciclo, y para ello hay que darle las riendas totalmente a Dios porque la trascendencia con el alma gemela solo se dará en el momento que deba ser, ni antes ni después.

Y una vez que eso se da, se pasa del pecho al plexo, cuando ya se logra trascender el nivel más bajo de las emociones. El plexo sostiene la parte sexual y el corazón-cerebro en el centro de la voluntad. Allí estamos hablando de un amor trascendido, hacia uno mismo por supuesto, hacia los demás y hacia toda la existencia. No se puede amar a algo externo de manera incondicional si no se ama a uno mismo aunque parezca disco rayado.

Menudo juego el que decidimos jugar en esta Tierra, y todo es perfecto, siento mucha gratitud, en especial cuando estoy a “modo águila”, cuando todo se mira por encima, donde las emociones densas no te tocan porque quedaron abajo al igual que la mente egoica, cuando sabes que todo es perfecto como es.

El cerebro corazón es justamente eso, es la verdad en cada uno de nosotros que trasciende emociones e incluso sentimientos. Amar sin condiciones, amar sin etiquetas, simplemente amar puede sonar a floro espiritual pero es más que eso, es la forma en que amó Jesús a la humanidad en la cruz. Es cómo nos ama el creador aunque sucedan cosas tan terribles en la Tierra, incluso aquellas cosas no tienen etiquetas ni valoración porque sólo existe el amor. No comprendemos los niveles tan bajos de actos hechos por humanos que están saliendo a la luz, pero es por esa oscuridad que otros vemos la luz. Cada uno decidió cumplir su papel, es así que no nos toca valorar el camino de nadie, ni siquiera de los seres que más amamos.

Es por ello que muchas veces nos toca decir no al cerebro sentimiento para permitir que el cerebro corazón actúe. Es la forma de avanzar más rápido, cuando interviene nuestra parte egoica, acrecentamos el dolor e incluso el sufrimiento, retenemos lo nuevo, ya que no dejamos que fluya lo que debe morir para volver a nacer.

No es únicamente con el alma gemela sino con los padres, hijos, hermanos, amigos, enemigos, extraños, etc., cada ser eligió vivir experiencias que son apropiadas para su propia evolución e intervenir lo único que hace es entorpecer el proceso, lo que puede convertirse en algo kármico para aquellos que pensando que “ayudan”, lo único que hacen es estancar el proceso de alguien. Esa alma que “estanca” debe esperar por ley a que nuevamente la otra alma estancada se enrumbe. Es muy distinta la compasión, porque la compasión inspira, hace que el otro tome otro camino por propia convicción y no por convencimiento u obligación. Es la fuerza del fuego donde no hay que vaciarse como el agua. No hay nada que uno deba perder o sacar de uno, o sacrificarse, es expandir como cuando Jesús decía “sígueme”, y dejaban de hacer lo que estaban haciendo para seguirlo. Allí no se interviene, todo es fruto de la inspiración, el fuego interior del otro. Es por ello esa frase repetitiva “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.

Este post surgió luego de una apertura de conciencia personal, la que da paso a un nuevo nacimiento luego de la muerte necesaria de algo. Estoy en la mitad de mi vida, y estoy en la fase en la cual el águila debe romper su pico de manera dolorosa para dar el paso al nuevo pico. Un proceso de introspección que me ha hecho pasar por el dolor emocional y físico, para poder continuar con un nuevo pico y nuevas alas en mi otra mitad de vida.

Los amo