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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Aceptación Vs Resignación

gallinasDebemos comprender la diferencia entre aceptación y resignación, ya que muchas personas malinterpretan estos conceptos. A diferencia de las tradiciones de oriente, la kabbalah no rechaza el deseo, sólo que debemos tener deseos altruistas, pero en el proceso pueda que no tengamos lo que desearíamos, aún así debemos vivir la vida con aceptación.

Esto quiere decir que debemos alinearnos con la gratitud y aceptación, viendo el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Debemos agradecer lo que tenemos en vez de quejarnos por lo que no tenemos, eso nos lleva al caos y a los bucles repetitivos de insatisfacción. Debemos laborar para ser afines a los seres del mundo espiritual con cuerpo físico, esto quiere decir vibrar alto, en gratitud, plenitud y aceptación, que no es lo mismo que resignación.

En la palabra resignación hay una carencia y no se trata de eso, recordemos que el Universo nos devuelve lo que emitimos y la queja e insatisfacción nos lleva a estados de carencia. Entonces no se trata de resignarse, se trata de aceptar con gratitud lo que tenemos porque son bendiciones. Agradecer el hecho de estar vivos para comenzar, agradecer tus dones, virtudes, si tienes a tus padres vivos, hijos, los logros, etc.

A lo largo de la historia las personas pensaron que acumulando bienes materiales iban a ser felices y no es así, los logros materiales nos dan estados de felicidad efímeros, pero esto no quiere decir que no sean importantes, de acuerdo a la kabbalah deberíamos vivir como reyes, pero debido a nuestras adherencias llamadas klipot, nosotros mismos lo impedimos, comenzando por el estado primordial de vergüenza, “el pan de la vergüenza”, un programa que no nos permite sentirnos merecedores de luz hasta que lo ganemos. Por ejemplo, los hijos de millonarios que lo tienen todo a nivel material sienten muchos vacíos porque no se han ganado lo que tienen. La luz se puede expresar como prosperidad, amor de pareja, salud y bienestar en general, sin embargo si en nuestro interior tenemos programas de no merecimiento eso bloquea el fluyo, por lo que debemos hacerlo consciente, ir a la causa para cambiar el efecto.

Entonces podemos desear cosas que seguramente obtendremos a futuro pero no debemos jamás sentirnos mal por lo que no tenemos. Les cuento una anécdota personal, en el año 2011 se me encomendó dirigir las meditaciones de luna llena del grupo Agartam, yo estaba muy sorprendida porque no me veía haciendo eso, sentía mucha inseguridad y en las convocatorias al principio iba poca gente. Afortunadamente las personas que asistían me daban aliento para continuar, me decían que lo hacía bien por lo cual soy consciente de la importancia de apoyar a los demás, darles aliento, subirles la autoestima para que el “yo” se empodere y adquiera fuerza,  a mi me ayudó mucho. Lejos de sentirme mal porque iba poca gente, incluso en ocasiones solo iba una persona y yo dirigía la meditación para esa persona, sentía que debía aceptar la situación con gratitud, sin ningún tipo de emoción negativa que derive en algún tipo de queja, es así que acepté la situación con gratitud. Tiempo después a las meditaciones iban no menos de 50 personas, sobrepasando las 100 personas y mi estado era el mismo ya que al haber bastante gente mi ego tampoco debería distorsionarse. Puedo contar eso con orgullo porque agradezco lo que el Universo me da y no lo valoro de “poco” o “mucho”.

Si una persona es actor o actriz, desea que el escenario esté lleno, así como un escritor desea que sus libros se lean, pero hay un proceso y hay que vivir ese proceso con gratitud. De esa manera quiero que se comprenda la diferencia, porque no se trata de resignarse, en la resignación no hay aceptación, hay carencia. Así que sigamos deseando luz para nuestras vidas porque será mejor si vibramos en gratitud y en estado de aceptación por lo que tenemos en el tiempo presente. Yo comencé a escribir en este blog con menos de diez suscriptores, hoy hay muchos más y escribo con la misma actitud. Muchas personas abandonan lo que inician porque no ven resultados tangibles, yo les diría que si es su pasión no dejen de hacerlo, pero si no les gusta es otra historia. Yo no soy una “influencer”, tengo 1700 seguidores en mi página de Facebook y estoy contenta de que a esas personas les guste lo que yo les pueda aportar en vez de quejarme por no tener más o compararme con otros. Es así como intento vivir en estado de aceptación en vez de resignación.

Lo mismo sucede ante las situaciones que nos toca vivir, aceptar una situación que no nos gusta no significa resignación, es una visión diferente de las cosas. Aceptar que una relación o un trabajo se acaba no es resignarse, va mucho más allá, es un entendimiento  por encima del drama comprendiendo que todo sucede por algo. Debemos aprender a vivir en plenitud con las cosas sencillas de la vida, cosas tan simples como ser feliz dándole maíz a las gallinas. Espero que el concepto quede claro, hasta la próxima.