En el Árbol de la Vida existen tres columnas, Rigor, Equilibrio y Misericordia, para alcanzar el equilibrio debemos recurrir a la templanza, como la carta del tarot. Los 22 arcanos mayores del tarot simbolizan los 22 senderos del árbol de la vida y se crearon para personas que no tenían acceso al estudio de la Torah y el Zohar. La templanza no se trata de medias tintas, es el justo medio, y de allí la consigna de los Caballeros de la Orden del Temple. Los que estudiamos cábala sabemos que las sephirot no son iguales en tamaño, de la anterior se forma la posterior. De Jesed (Misericordia), sale Guevurah (el Rigor o la Fuerza).
La Misericordia en la Vida es fundamental en la humanidad, es la que nos da esperanzas para seguir el camino, pero un exceso de misericordia trae desequilibrios en la vida. Comencemos por el hecho de que el rigor también es una manifestación de amor de la divinidad. Debemos proteger a los niños para que no introduzcan el dedo en el enchufe, también debemos corregirlos cuando no se están portando bien, y lamentablemente veo mucha confusión en padres jóvenes que aplican total misericordia y nada de rigor en sus hijos, lo que va a generar serios problemas en el futuro en su vida adulta.
La gran consciencia de amor universal es totalmente dadora, y en otros tiempos daba sin condiciones hasta que el receptor quiso ganarse el mérito de recibir, es decir de ser merecedor de las bendiciones, allí las reglas cambiaron. En el libro del Bereshit o el Génesis, cuando narran el proceso de creación en siete días mencionan que Dios siempre afirmaba que todo era bueno. Cuando crea al ser humano y luego lo divide en hombre y mujer, y ambos “consumen del árbol del conocimiento del Bien y del Mal”, comenzó el libre albedrío en la humanidad, es decir, se nos “vistieron” con las capazones que tapan nuestra verdadera esencia de luz (klipot), para comenzar a vivir una vida de rigor y con reglas astrales. Aquellos astros fueron autorizados a intervenir para que se cumplan las leyes del karma, y nuestro camino de retorno a casa es recordar quiénes somos y volvernos a desnudarnos ante la creación, en total pureza, ya sin hojas de parra, sin klipot.
Sin esta norma astral, la humanidad se hubiera autodestruido sin duda. Aquel planeta Saturno que los astrólogos tradicionales lo denominan como un planeta nefasto, para los astrólogos de la nueva era es nuestro maestro de rigor. Sólo aprendiendo las lecciones podremos acceder al alma de Saturno, que en el Árbol de la Vida es la esfera Binah, la Inteligencia. La historia ha demostrado que personas con cartas astrales realmente difíciles han logrado salir adelante en la vida, cuando el rigor los convirtió en personas responsables y comprometidas. Cuando conocemos lo que venimos a corregir, dejamos el mundo de la fantasía para laborar en nuestras oscuridades para poder acceder a la Misericordia, el Jesed del Árbol de la Vida, representado por el planeta Júpiter. Si bien la astrología cabalística enfatiza en no utilizar los astros de manera predictiva, es fundamental conocer nuestra carta natal como mapa de ruta para hacer consciente lo que vinimos a corregir, de lo contrario permaneceremos atrapados en el victimismo.
Tener libre albedrío implica seguir al oponente o a Dios, tan solo existen dos opciones. Sin duda las klipot al tapar nuestra luz hacen que seamos blanco mucho más fácil, es por ello que ahora soy mucho más consciente de la importancia de la Teshuvá, la Tefilá, la tzedaka, seguir las mitzvot para convertir las klipot en midot, verdaderos valores y virtudes. Meditar nombres de Dios sin consciencia lo que genera es una aceleración de karma para que caigan las klipot, nada bonito, es por ello que para ser pura vasija y que caiga directa la bendición, hay ardua labor por hacer, el camino del autoconocimiento es fundamental. La gente no se conoce a sí misma, por eso no se puede hablar de autoestima ¿se puede amar a quien no se conoce? En otras entradas he explicado que nuestras incoherencias se manifiestan debido a que están en el subconsciente, por lo que debemos hacerlo consciente, sacarlo a la luz para ir hacia el camino de nuestra integridad personal.
La vida siempre nos dará rigor mientras vivamos en piloto automático, si las situaciones se repiten una y otra vez haz una pausa y pregúntate ¿Qué quiere aprender mi alma con esto? ¿Debo seguir esperando que lo externo cambie o soy yo quien debe hacer cambios? Eso aplica a todo lo que estamos manifestando en la vida, lo bueno, lo malo, las cosas que atraemos como imán, es NUESTRA RESPONSABILIDAD.
Las personas con mucho “Jupiter” en su carta, pecan de optimistas y tienen poca tolerancia a la frustración, pueden llegar a creer que son dueños del mundo y dejan de lado responsabilidades y compromisos, quedándose en una zona de confort donde no es posible evolucionar. Se evoluciona en la “Zona de no Confort”, aquellos desafíos que nos pone la vida que nos permite develar más luz en la oscuridad.
Jesed, la misericordia, está simbolizada por el patriarca Abraham y Gueburah, el rigor, por el patriarca Isaac. Aquel episodio bíblico donde él debía sacrificar a su hijo simboliza el rigor en la misericordia, donde Abraham no tuvo ningún tapujo en acatar, lo mismo Isaac, que ya era un hombre maduro y que claramente podía “oponerse”. Al final la misericordia manda sobre el rigor, y en este plano es a través del rigor donde podemos acceder a la luz, aquella que está siendo taponeada por las klipot. El rigor pasa a ser “fortaleza” en nuestra vidas y solo podemos acceder a la luz que podemos soportar. El camino para ser verdaderos justos, Tzadikim, es a través de la templanza, el justo medio entre el rigor y la misericordia.
Excelente artículo Hannah, chapó!
Muchas gracias!