Para quien todavía no lo sabe, el miedo es lo opuesto al amor, no el odio como muchos piensan. Estamos en una realidad dual, donde existe la luz y la sombra, lo bueno y lo malo, etc. El miedo nos ha acompañado durante todas nuestras encarnaciones y sentir miedo no es algo que haya que rechazar, porque como toda sombra, todo rechazo nos cae como una avalancha. Sabiendo que el miedo es lo opuesto al amor, las personas que buscan un camino espiritual lo rechazan más como una plaga contagiosa, generando en su vida todo lo contrario, situaciones donde el miedo se hace más palpable como por ejemplo un asalto, ataques de pánico, etc.
Para comenzar hay que aceptar que el miedo es parte de nuestra vida, ¿pero a qué nivel? Ese es el punto al que quiero entrar a tallar, ya que he observado mucha confusión. Ponerse en un plan de “guerrero de la luz”, es justamente entrar en lucha, en guerra, y la confrontación es una manifestación del miedo. Si yo estoy en paz, ¿por qué hay que luchar? Es allí donde el camino se vuelve más directo.
Admiro mucho a los actores cuando salen a escena, he conocido a artistas con gran trayectoria y gran experiencia, que sin embargo enfrentan el pánico escénico como si fueran principiantes. Hay un punto, al que le podemos llamar “punto cero”, donde una persona se llena de adrenalina y sale al escenario a cautivar, y es lo que sucede en la vida en todos sus aspectos. Pueda que alguien tenga cero miedo, lo cual es bueno, pero no es lo común y hay que aceptarlo, especialmente aceptar que ese miedo puede convertirse en un gran catalizador para hacer que grandes cosas sucedan, y para lograr eso primero hay que aceptar que sentimos miedo, porque si de manera arrogante lo negamos y nos auto engañamos, es allí cuando las cosas no salen como queremos.
Todo proyecto, toda creación nos lleva a pensar si nos irá bien o nos irá mal, al punto de convencernos que nos irá mal y no hacemos nada. La incertidumbre y la inseguridad nos asusta, pero sólo quien se atreve es quien logra sus propósitos, y muchas veces hay que fracasar en el intento (no siempre). Es así como el miedo se convierte en creación. La mente, como es lógica, siempre verá posibilidades, lo cual no es malo porque siempre es bueno tener los pies en la Tierra y no vamos a pensar que todo nos lloverá del cielo. Es importante la responsabilidad ante cualquier cosa que vayamos a crear, y de allí dejarnos llevar por la creatividad y la confianza en que nuestro sueño va a concretarse.
Miremos desde otro punto de vista, me encuentro en la selva y se me presenta un puma con cara poco amistosa. El miedo cumple una función, huir es una de ellas, lo cual es una reacción natural, lo poco sensato sería creerme el profeta Daniel y pensar que puedo estar rodeado de leones sin que nada me suceda, eso es estupidez. Si la persona tiene mayor autocontrol podría crear una estrategia a la velocidad de la luz pero lo cierto es que la adrenalina cumple su función, y muchas personas buscan sentir esa sensación en los deportes de aventura, transformar el miedo en acción creando un estado que combina vitalidad con desenfreno y creatividad, pero que dura solo un momento. ¿Y qué tal si hacemos eso en nuestras vidas?
Si eso no ha ocurrido, por favor no hay que sentirse culpables, todo llega a su momento, el tema es que el miedo no hay que repudiarlo porque lo haremos más fuerte en nuestro interior, generando que la energía se estanque, y eso sí es un problema porque el primer chakra se bloquea, y eso nos impide una buena conexión con la Tierra, impide que la energía vital se mueva dentro de nuestro cuerpo, lo que nos paraliza. Ya no nos paralizamos por un león que nos ataca, sino ante cualquier cosa, y el ser humano se vuelve conformista y se llena de autoengaño. “No hice esto porque hay gente que lo va a sabotear”, o “me tienen envidia”, “hay mucho ladrón”, “el mundo es injusto”, “no es el momento”, etc., etc. y etc. y claro, todo lo externo tiene la culpa y por eso nunca se hace nada.
En resumen, una cosa es tener miedo y otra dejarse dominar por él. El otro lado de la dualidad es rechazarlo y creerse superhéroe y pensar que se es un guerrero de luz y hay que pelear “contra el mal”. Cuando comprendamos que afuera no hay con quien pelear porque todo “contrincante”, no es más que un aspecto de uno mismo que no se quiere aceptar, y que el verdadero valiente es aquel que se atreve a cumplir sus sueños, A PESAR DE SUS MIEDOS, la historia será otra.
Tanto dejarse dominar por el miedo como rechazarlo y no querer verlo genera represión, que deviene en estancamiento de energía y bloqueo del primer chakra como había mencionado. Este artículo surgió por una toma de conciencia que me hizo enfrentar miedos que había negado por mucho tiempo, y es que las personas que hemos emprendido el camino espiritual cometemos ese error, de querer vibrar en el amor porque el miedo es su opuesto, pero lo único que se consigue es que el miedo se haga más fuerte. Enfrentar el miedo es aceptarlo y abrazarlo, saber que cumple una función bastante sensata, porque no se trata de tirarse al vacío de manera irresponsable, se trata de obtener coraje y voluntad para nuestras creaciones sin caer en fantasías. Recordemos que toda construcción, como un edificio, debe tener buenas bases, como todo, y la razón y lógica no deben ignorarse sino complementarse con la intuición y creación, allí estamos equilibrando nuestro lado masculino y femenino.
Entonces, ¡A crear! Y hecho está.
Muy buenas reflexiones, gracias por compartirlas. No es fácil enfrentar al miedo en todas sus variantes, pero verlo es comenzar a trascenderlo.
Gracias por tu comentario