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Hanna Karina Sandoval

Tradiciones Herméticas

Capacidades Psíquicas y Verdadera Espiritualidad

psiquicoEn mi camino espiritual, tuve que pasar por ciertas etapas, necesarias todas sin duda para mi aprendizaje. Comencé a interesarme en el fenómeno ovni y solía ir a diferentes lugares con un grupo de personas. Pude darme cuenta de la necesidad de todos de estar al tanto del cielo para ver si pasaba un ovni o cualquier fenómeno que se le parezca. Si bien tuve la oportunidad de apreciar dichos fenómenos en más de una ocasión, comencé a hacerme preguntas si tener este tipo de experiencias me hacía una persona más espiritual o no. Escuchaba experiencias que parecían más sacadas de una historia de ciencia ficción, y sin embargo creí en estas narraciones, a fin de cuentas, no las he vivido y no tengo por qué dudar. Mi pregunta seguía siendo ¿De esta manera soy espiritual? Algo no encajaba en mi corazón.

Este interés duró cerca de tres años, y como por arte de magia, decidí ir por otro camino. No estaba conforme con mi vida y me di cuenta que ya tenía que optar por otros caminos que me llevasen más a buscar en mi interior que ir a lugares buscando fenómenos paranormales. Pero en esos nuevos caminos también tuve mucho que aprender, conocí a personas que todos consideraban psíquicos, antenas, canalizadores, profetas, etc. y la vida me llevó a hacerme las mismas preguntas, en especial cuando muchas cosas dichas por estas personas, comenzaron a ir en contra de lo que mi corazón decía. Tuve que vivir un gran conflicto que me llevó a ceder el poder a otros y pensar que las capacidades psíquicas son sinónimo de evolución espiritual.

El tema de la canalización me llamaba mucho la atención, sabía que era absolutamente posible que uno pueda recibir mensajes de nuestros guías espirituales, y en esa búsqueda llegó Agartam a mi vida. Las cosas siguieron su propio ritmo y me sorprendió la propuesta de facilitar el taller Aprender a Canalizar, no sin antes seguir con mis cuestionamientos al respecto. Luego de mucho aprendizaje que sólo la vida y la experiencia da, comprendí que la capacidad de canalizar no es de “elegidos”, es algo que todos los seres humanos están recuperando, pero ante todo, la capacidad de conectarse con el corazón, donde yace la verdad de cada individuo.

En los últimos años hemos visto a psíquicos prediciendo grandes catástrofes a nivel planetario, y a nivel personal, alguno ha predestinado también situaciones de caos, cosas que en la mayoría de los casos, no se cumplen. ¿Y esto por qué? Porque hemos llegado a la era del libre albedrío, pero ¿qué significa esto realmente? El libre albedrío es hacer la voluntad de Dios en mí, cumpliendo la misión que se me encomendó y gozando del proceso. Esto puede parecer simple, pero en realidad los seres humanos somos muy complicados. El tarot fue creado no para predecir el futuro sino para conocer el camino del iniciado. Hoy desde el corazón siento transmitir a todas aquellas personas que ceden el poder a “maestros”, “videntes”, “tarotistas”, etc., que tienen todo para facilitar su propia vida, que las herramientas se les han sido entregadas y que sólo deben confiar en su corazón sin influenciarse con acontecimientos externos. No son tiempos de maestros, son tiempos de escuchar al maestro interno, son tiempos para recuperar el poder. Recuerden las palabras de Jesús “Por sus frutos los conoceréis”, es así como se reconoce a una persona coherente con pensamientos, palabras y actos.

Las capacidades psíquicas que se activan desbloqueando el chakra del entrecejo, es una capacidad que puede desarrollarse y para ello hay muchas formas, las cuales no voy a mencionar, pero si no hay conexión con el corazón, no hay nada. Lo mismo sucede con las personas que tienen mayor anclaje con la Tierra y deben laborar más en su parte espiritual. La verdadera espiritualidad es en el día a día, con nuestras acciones, en los actos de solidaridad, compasión, amor incondicional, y en especial con el no juzgamiento. Personas como la Madre Teresa, a quien considero con un gran avance espiritual, no se le conocieron capacidades psíquicas, aunque su comunicación con Dios era indiscutible.

Recordemos que nuestra esencia es espiritual, que decidimos venir a este planeta a experimentar la tercera dimensión, a densificarnos para lograr una experiencia en 3D y lo que eso conlleva. Por qué flagelarnos cuando deseamos cosas básicas o gozar con las cosas que la Tierra nos da si para eso vinimos. La conciencia es lo que conecta ambos aspectos de nuestras vidas, la conexión con la Tierra y con el Cielo, la represión no es el camino.

corazonEscuchemos nuestros corazones, allí yace la sabiduría, y si leemos una canalización, filtrémosla con nuestro corazón. Siempre digo que no es importante el mensajero sino el mensaje. También recordemos que los seres humanos nos hemos vuelto impredecibles, antes era posible predecir nuestro futuro, pero a medida que tomamos conciencia, rompemos ciclos y ese es el verdadero libre albedrío, caminar como Dioses en la Tierra, y ya ni las cartas astrales funcionarán porque los astros no tendrán ninguna influencia sobre nosotros, sino que incluso, nosotros estamos influenciando en los astros. Eso es dejar de comer del árbol del bien y el mal para comer del árbol de la vida, eso los cabalistas lo saben muy bien.

Reconozcamos nuestra pieza en el todo, si nos toca ser dedo gordo del pie, ojo u oreja. Lo que vinimos a hacer, por más sencillo que parezca, nos causará regocijo, ese es el camino, la paz es el camino como decía Ghandi. Dejemos de ceder el poder a profetas, videntes, etc., ya no son tiempos para eso. Alejémonos de todo aquello que genere separación, estamos en una era de re-unir las piezas y estos tiempos son justamente para eso. No importa lo que fuimos en otras vidas, reyes, santos, dioses, etc., lo que importa es lo que somos hoy en este espacio tiempo y cómo estamos dando y recibiendo. Es un grave error pensar que personas con capacidades psíquicas son superiores, eso solo genera separación y ya no son tiempos para ello. En vez de eso, observen a aquellas personas a quienes le brillan los ojos cuando gozan haciendo su labor, por más pequeño que parezca a nuestro estado egoico.